«La cirugía robótica ha supuesto una evolución en el tratamiento de próstata localizado»
El doctor Gregorio Garmendia, urólogo de Policlínica Gipuzkoa, analiza el impacto que ha tenido este soporte tecnológico a la hora de obtener los mejores resultados. La valoración de los pacientes, además, «suele ser muy satisfactoria».
El cáncer de próstata es el tumor maligno más frecuente en el varón, aunque no el de mayor mortalidad, y existen dos explicaciones para el incremento en sus diagnósticos: el aumento de las técnicas diagnósticas y revisiones que se realizan, por un lado; y el envejecimiento poblacional, por otro. Además, es un tipo de cáncer que, en un porcentaje no desdeñable, cursa de una manera silente y asintomática, aunque en otros casos sí produce una clínica urinaria muy similar a lo que se suele llamar ‘prostatismo benigno’; es decir, incremento de la frecuencia, dificultad al miccionar, infecciones urinarias…
El doctor Gregorio Garmendia, urólogo de Policlínica Gipuzkoa, aconseja la valoración y la atención primaria en urología «a partir de los cincuenta años, aunque no sea algo taxativo. No obstante, a los pacientes sintomáticos o que pertenecen a poblaciones de riesgo (aquellos que tienen familiares de primer grado con cáncer de próstata) aconsejamos una valoración a partir de los 45 años».
«Son la edad y la testosterona quienes condicionan su aparición»
Dr. Gregorio Garmendia
El doctor Garmendia admite que «las causas de este cáncer no están claras». Se sabe que hay situaciones necesarias, como el hecho de cumplir años o la existencia de la testosterona; pero también se habla de una cierta asociación familiar, de una relación con otros tumores, de alternaciones genéticas, trastornos alimentarios… «Sin embargo, serán la edad y la testosterona quienes condicionen su aparición», resume el especialista.
Una vez diagnosticado, ¿cómo se debe actuar? El urólogo insiste en que «es muy importante categorizar la enfermedad, saber qué tipo de tumor es, su estadiaje y agresividad, porque los tratamientos se adecuarán a ello». Así, en los tumores localizados el tratamiento puede ser cirugía o radioterapia, con, «normalmente, excelentes resultados». En el caso de los tumores diseminados, habría que hablar de otras terapéuticas, como el bloqueo hormonal, tratamientos farmacológicos e incluso quimioterapia.
«El resultado de una cirugía robótica depende de la experiencia del cirujano y su buen hacer»
Dr. Gregorio Garmendia
La revolución de la cirugía robótica
«La cirugía robótica ha supuesto una revolución en el tratamiento de próstata localizado», así de claro lo tiene el doctor Garmendia, quien desde 2009 ha realizado más de 600 intervenciones de este tipo. La cirugía robótica se realiza en España desde hace unos quince años y es un procedimiento ‘amo-esclavo’: el robot no opera solo, sino que el resultado está muy ligado a la experiencia del cirujano. «Es un soporte tecnológico que se incorpora a la intervención y nos facilita el resultado final porque vemos mejor, tenemos una posición más ergonómica y cómoda, accedemos a campos quirúrgicos que de otra manera sería complicado… Pero somos nosotros quienes movemos los pedales y el resultado depende de la experiencia del cirujano y su buen hacer», explica el especialista.
«Los efectos secundarios más frecuentes son los que afectan a la esfera sexual«
Dr. Gregorio Garmendia
La cirugía robótica, además, mejora los resultados funcionales, disminuye la aparición y complicaciones y favorece una más rápida reincorporación a la vida normal. No es una técnica exclusiva del cáncer de próstata, aunque en urología representa el 80% de las cirugías.
Hay quien la considera como mínimamente invasiva, aunque según el doctor Garmendia, «no sería estrictamente así. Lo que sí es cierto que el paciente está poco tiempo ingresado, el porcentaje de complicaciones es bajo, suele empezar a comer al día siguiente, se le retira el drenaje a las 24 horas, comienza a andar entre las 12 y 24 horas y se va a su casa en un plazo de tres o cinco días. No existe tampoco una gran incisión y la necesidad de analgésicos suele ser suave y vía oral. La valoración de los pacientes suele ser muy satisfactoria».
Los efectos secundarios
Tras la cirugía, robótica o no, del cáncer de próstata pueden aparecer efectos secundarios: «Los más frecuentes son los que afectan a la esfera sexual porque la próstata es el órgano de la eyaculación. Pueden verse afectadas la disfunción eréctil y la eyaculación, pero también la continencia urinaria».
«La vida activa, social y normalizada se suele lograr antes del mes»
Dr. Gregorio Garmendia
Los porcentajes suelen variar bastante porque no todas las cirugías prostáticas son iguales y también existen diferencias técnicas que dependen del grado de afectación del tumor, pero se suele decir que menos de un 3,5% de los pacientes tendrá un grado de incontinencia o de escape variable. La disfunción eréctil es más frecuente, con un 60% de pacientes con un tumor localizado que podría preservar la función sexual, bien de manera espontánea o con tratamientos farmacológicos. «Siempre decimos a los pacientes que para aquellos casos en los que existan efectos secundarios leves, moderados o severos, hay tratamientos desde el punto de vista andrológico para recuperar la función sexual y desde el punto de vista rehabilitador pélvico para intentar mejorar la continencia el máximo posible. Incluso se podrían plantear técnicas quirúrgicas que ayuden a controlar la incontinencia», señala con optimismo el urólogo de Policlínica Gipuzkoa.
Vuelta a la vida normal
¿Cómo se da la incorporación al trabajo del paciente? Ésta varía dependiendo de la actividad laboral. «El paciente, cuando se va a casa, lo hace con una sonda que mantendrá durante una semana más y la única restricción que ponemos es evitar esfuerzos importantes en los siguientes dos meses», aclara el doctor Garmendia. Así, si el paciente tiene un trabajo que no es físico, habitualmente al cabo del mes o alguna semana más podrá incorporarse. «La vida activa, social y normalizada se suele lograr antes del mes», añade el experto.