“El láser de CO2 mejora significativamente los síntomas del síndrome genitourinario de la menopausia, restaurando la lubricación y el flujo vaginal”
“Los síntomas más comunes incluyen incomodidad al orinar, sensación de escozor, molestias durante las relaciones sexuales, atrofia, sequedad vaginal, falta de lubricación y cambios en el flujo”, explica Juan Céspedes, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia de Policlínica Gipuzkoa.
La menopausia es una etapa natural que pone fin a la menstruación y marca el inicio de un nuevo ciclo en la vida de la mujer, generalmente entre los 45 y 55 años. Este cambio hormonal puede provocar una serie de alteraciones en el organismo que afectan la calidad de vida. Entre estos efectos, el síndrome genitourinario es una condición común en mujeres postmenopáusicas. Según datos de la Encuesta Epidemiológica Vulvovaginal Europea (EVES), la prevalencia de este síndrome en España oscila alrededor del 90%, afectando a muchas mujeres, especialmente aquellas de entre 55 y 75 años.
Juan Céspedes, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia de Policlínica Gipuzkoa, explica que “el síndrome genitourinario de la menopausia se refiere a una serie de síntomas que resultan de la disminución de estrógenos durante la menopausia”. “Este síndrome afecta principalmente a la vulva, la vagina y la uretra, y los síntomas más comunes incluyen incomodidad al orinar, sensación de escozor, molestias durante las relaciones sexuales, atrofia, sequedad vaginal, falta de lubricación y cambios en el flujo”, añade.
Para tratar este síndrome, el ginecólogo recomienda el uso del láser de CO2 ginecológico, un tratamiento sencillo que se realiza en consulta. El especialista explica que “primero aplicamos un tratamiento tópico para adormecer la zona, idealmente 30 minutos antes de la sesión. El procedimiento es indoloro y permite a la paciente reanudar sus actividades normales de inmediato”.
Según Juan Céspedes, ginecólogo de Policlínica Gipuzkoa, “el láser de CO2 mejora significativamente los síntomas del síndrome genitourinario de la menopausia, restaurando la lubricación y el flujo vaginal”. Este tratamiento permite a las pacientes “recuperar una lubricación vaginal adecuada y un flujo normal, lo que hace que las relaciones sexuales sean nuevamente placenteras y elimina la sensación de escozor y picor”.
El tratamiento consiste en tres sesiones, realizadas con un intervalo de cuatro a seis semanas entre cada una. Céspedes recomienda que, “tras cada sesión, se eviten las relaciones sexuales y los baños de inmersión durante cinco días, además de aplicar una crema hidratante”.
Se estima que los efectos del tratamiento duren al menos dos años, aunque en algunos casos pueden ser necesarias sesiones de refuerzo. “Normalmente, las pacientes comienzan a notar los beneficios a partir de la segunda sesión, y los resultados más destacados se observan después de la tercera sesión”, explica el especialista.
Además, el especialista destaca que el síndrome genitourinario de la menopausia no se limita únicamente a mujeres en edad avanzada, ya que también existen “causas de descenso de estrógenos en pacientes jóvenes, como el fallo ovárico precoz o la menopausia precoz”. “En estos casos, las mujeres jóvenes pueden experimentar los síntomas mencionados anteriormente y, por lo tanto, también beneficiarse de este tratamiento”, añade.
Otras aplicaciones del láser CO2
“Además de tratar el síndrome genitourinario, el láser de CO2 es efectivo para abordar problemas como el tensado vaginal en casos de hiperlaxitud, el tratamiento de la incontinencia urinaria leve, la eliminación de verrugas causadas por el virus del papiloma y la corrección estética de los labios menores,” explica Juan Céspedes, ginecólogo de Policlínica Gipuzkoa.
Céspedes también señala que los resultados del tratamiento con láser pueden ser sorprendentes: “Incluso pacientes mayores de 60 años que presentaban atrofia total y falta de flujo han experimentado una notable mejora en la lubricación vaginal y en el flujo, acercándose a una condición similar a la de la juventud”.