Alberto Sáenz y Eduardo Alegría: «Operamos a pacientes de 80 años o más que antes ni llegaban a la consulta»
Alberto Sáenz y Eduardo Alegría, cirujano cardiovascular y cardiólogo, Destacan que los métodos actuales permiten intervenir a pacientes con un «riesgo quirúrgico alto»
Junto con el cerebro muy probablemente el corazón sea uno de los órganos más delicados del cuerpo humano. Los avances médicos tanto dentro como fuera del quirófano han ayudado a que hoy en día «estemos operando a personas de 80 años o más», asegura Alberto Sáenz, cirujano cardiovascular en Policlínica Gipuzkoa. Él y el cardiólogo Eduardo Alegría impartirán mañana una charla sobre todo lo relacionado con las enfermedades cardiovasculares, a las 19.30 horas, en la Sala Kutxa de la calle Andia de Donostia.
– ¿Qué son las enfermedades cardiovasculares?
– (Eduardo Alegría) Son las que más matan, peleándose con el cáncer por ser la primera causa de mortalidad en los países desarrollados. En países como Rusia está siendo una de las principales causas de muerte. El infarto, los ictus, la insuficiencia cardíaca y determinadas arritmias son las cuatro grandes enfermedades.
– ¿Se pueden prevenir?
– (E.A.) En gran medida sí. En los últimos 30 años, aunque la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares no ha disminuido, la tasa de mortalidad de la enfermedad ha disminuido en un 30%. Esto ha sido posible, a partes iguales, gracias a los mejores tratamientos quirúrgicos, a la mejora de los tratamientos en la fase aguda, es decir, en los infartos, y a las medidas preventivas como la dieta mediterránea, los controles periódicos…
– (Alberto Sáenz) Todo eso teniendo en cuenta que la población a la que tratamos tiene mucha más edad y muchísimas más enfermedades asociadas. Eso provoca que tanto los tratamientos médicos percutáneos -por cateter- como quirúrgicos sean un reto para nosotros.
– ¿Cuáles son los factores de riesgo?
– (A.S.) El tabaco, la hipertensión, la diabetes, el colesterol alto y la obesidad son los factores fundamentales de las cardiopatías isquémicas. Ante eso lo que hay que hacer es una vida lo más saludable posible, cuidando la alimentación con pocas grasas, evitar la grasa industrial, las animales… Haciendo ejercicio físico como mínimo 30 minutos al día.
– Unos hábitos que tal vez no muchos respeten hoy en día…
– (E.A.) El estilo de vida actual es pésimo y se ha empeorado mucho en dos factores de riesgo clave: el exceso de peso y la diabetes, que es consecuencia del primero. Ambos van a impactar decisivamente en las enfermedades cardiovasculares en el futuro. Como va a haber cada vez más personas mayores, va a seguir habiendo necesidad de tratamientos de las comunicaciones degenerativas.
– (Alberto Sáenz) La obesidad infantil se nos está escapando de las manos. Por otro lado, el panorama actual de la cirugía cardiovascular ha cambiado respecto a hace unos años. Antes era mucho más habitual la cirugía coronaria, los baipases. Ahora, sin embargo, la cirugía degenerativa de las válvulas aórticas es más habitual. La edad de los pacientes que operamos se ha duplicado y un 60% de las intervenciones que hacemos son cirugía valvular degenerativa, mientras que un 30% es de rebascularización coronaria -baipases-. Se han invertido los porcentajes, antes era al revés.
– ¿A qué se debe?
– (A.S.) Principalmente a que hoy la esperanza de vida es mayor. Estamos operando a pacientes de 80 años o más, que antes ni te llegaban a la consulta porque no había gente que llegara a esa edad o porque no lo hacían en las condiciones suficientes para una cirugía cardíaca. Ahora estamos viendo pacientes por encima de 80 años con una calidad de vida extraordinaria a los que no puedes dejar de la mano de Dios. En estos pacientes es donde la patología valvular es la más habitual de las intervenciones cardíacas que practicamos.
– Por lo tanto la edad no es inconveniente…
– (A.S.) No cuenta para nada, lo que importa es la calidad de vida del paciente y las enfermedades asociadas que padezca. Hoy en día aunque tengamos pacientes con un riesgo quirúrgico muy elevado, contamos con procedimientos, como los percutáneos, que permiten solucionar los problemas de corazón a estos pacientes. Tenemos muchos caminos e instrumentos para poder tratar a población de edad muy avanzada.
– ¿Qué ha mejorado?
– (A.S.) Para empezar el diganóstico. También han mejorado las técnicas anestésicas, las quirúrgicas y de circulación extracorpórea, que se necesita cuando hay que operar un corazón. Y han mejorado extraordinariamente los cuidados posoperatorios en la UVI. Todo ello te permite tener una garantía y unos resultados muchísimo mejores que hace unos años.
– (E.A.) Los cirujanos están consiguiendo mantener la misma tasa de mortalidad en pacientes de veinte años más. Si antes la tasa era de un 1% en pacientes de 60 años, ahora mantienen el mismo porcentaje con personas de 80.
– ¿Estas enfermedades avisan?
– (E.A.) En el caso de la enfermedad cardíaca sería el dolor de pecho y en las valvulares la fatiga. Pero hay otras enfermedades que se desarrollan y solo dan síntomas en las últimas fases. Por eso las revisiones periódicas son muy importantes, porque si se descubren se vigilan mejor, se estudian más a fondo y se operan en un momento mejor.
– A quién afectan más este tipo de dolencias, ¿a mujeres u hombres?
– (A.S.) En estos momento les afectan por igual. Lo que ocurre es que en las mujeres se retrasa la aparición de la enfermedad cardiovascular hasta la menopausia, porque hasta ese momento el estrógeno les protege, sobre todo, de la cardiopatía isquémica. A partir de la menopausia la incidencia se iguala, incluso diría que es mayor la mortalidad por infartos en mujeres que en hombres.
– ¿Se puede hacer vida normal tras ser operado del corazón?
– (A.S) Hay vida más allá de la operación. Hay pacientes que están haciendo una vida absolutamente normal, incluso personas jóvenes que están haciendo una vida profesional, familiar y deportiva prácticamente normal.
– ¿Con medicación o sin ella?
– (A.S.) Siempre habrá de que tener una ayuda farmacológica, mayor o menor dependiendo de la patología de cada paciente.
– ¿Las operaciones a corazón abierto pasarán a la historia?
– (A.S.) La gente se piensa que los tratamientos percutáneos son lo mejor pero no siempre, por lo menos a día de hoy. El tratamiento percutáneo es recomendable a la hora de reparar lesiones en un vaso o dos o lesiones leves, pero en las enfermedades multivaso y en pacientes diabéticos el mejor tratamiento para la cardiopatía isquémica es la rebascularización coronaria quirúrgica, hacer baipases. La cirugía abierta es la más agresiva pero muchas veces es lo mejor para el paciente.