Las gafas de sol homologadas, el mejor cuidado para nuestros ojos en verano
El cuidado de los ojos en verano es muy importante, sobre todo para los más pequeños. Pero ¿qué tenemos que tener en cuenta a la hora comprar una gafa? El Dr. Aramendia nos ha contado cómo conseguir una buena lente.
Las gafas de sol y las cremas solares son muy importantes para proteger nuestra piel y nuestros ojos de la radiación ultravioleta. Muchas veces no somos conscientes del daño que esta radiación puede generar en nuestra salud, y menos aún en nuestra vista. Y la realidad es que una sobreexposición a los rayos solares directa o indirecta sin protección hace que aumenten hasta en un 50% los casos de conjuntivitis en verano. Además, puede producir quemaduras oculares, oftalmia, pterigión, cataratas o tumores a largo plazo.
Es muy importante protegerse siempre del sol. Sobre todo, en edades tempranas, pero también para personas adultas, operados de cataratas y aquellas personas que puedan padecer alguna patología ocular. El Dr. Aramendia, oftalmólogo de la Policlínica Gipuzkoa afirma que “los niños tienen una mayor fotofobia, porque tienen un cristalino más transparente y deja pasar más cantidad de luz, por lo que es importante que se expongan al sol durante más de 30 minutos sin protecciones como una visera o gafas de sol”. En este sentido, ha querido dar unas pautas a tener en cuenta antes de elegir una buena gafa de sol.
“Los niños tienen una mayor fotofobia, porque tienen un cristalino más transparente y deja pasar más cantidad de luz, por lo que es importante que se expongan al sol durante más de 30 minutos sin protecciones como una visera o gafas de sol”.
Hay que tener en cuenta que una buena gafa tiene que estar homologada por la Comunidad Económica Europea. Y lo cierto es que es muy difícil encontrar lentes que cumplan con este requisito, ya que hay veces que en las que el sello distintivo CE es falso. El 30% de las gafas que se venden en España no están homologadas y no son las correctas para filtrar la radiación ultravioleta que llega a nuestros ojos.
Por mucho que pensemos lo contrario, si una gafa no filtra, no sirve para protegernos. Es más, puede llegar a tener el efecto contrario porque el tejido ocular se sigue dañando. La forma para evitar caer en falsificaciones es acudir a sitios donde puedan mostrarnos una certificación de esa homologación. Las ópticas y tiendas especializadas en este tipo de lentes son los mejores lugares para asegurarse de que la lente que compramos es la correcta y cuidar algo tan preciado como nuestra vista.