Eider Sánchez, nutricionista: “Los remedios naturales pueden ser perjudiciales para el tratamiento de la retención de líquidos”
El calor del verano o el embarazo pueden hacer que nuestro cuerpo retenga líquidos por diferentes causas. La retención de líquidos puede producir inflamación en las piernas, la cara, el cuello y las manos, así como disminuir la flexibilidad en las articulaciones de brazos, piernas, tobillos, muñecas y dedos. Eider Sánchez, nutricionista de Policlínica Gipuzkoa nos explica por qué pasa esto, qué síntomas tiene esta afección y cómo podemos prevenirla.
El agua es el elemento más abundante de nuestro organismo. En personas adultas supone, como mínimo, el 50% del total del peso corporal. Hay veces en las que éste agua se acumula en nuestro cuerpo por diferentes causas. “La retención de líquidos, también conocida como edema, es ocasionada por una acumulación excesiva de líquido en los tejidos del cuerpo, tanto debajo de la piel, como en los tejidos que están fuera del sistema circulatorio” explica la nutricionista de Policlínica Gipuzkoa.
Aunque las personas de edades avanzadas son más propensas a padecer retenciones de líquidos más severas, cualquier persona puede padecer retenciones poco severas a lo largo de su vida. Sobre todo, si tiene una mala alimentación basada en alimentos ricos en sal o sodio como los alimentos procesados, embutidos, enlatados, quesos curados, precocinados, ahumados, sopas de sobre, snacks o aperitivos y bebidas refrescantes azucaradas.
Las personas que mantienen un estilo de vida sedentario también son más propensas a retener líquidos, al igual que las que no ingieren suficientes líquidos durante el día, las que sufren de sobrepeso u obesidad, tienen problemas circulatorios, consumen medicamentos como estrógenos, corticoesteroides, antiinflamatorios no esteroideos y algunos fármacos para la tensión, sufren cambios hormonales o padecen enfermedades cardiacas, hepáticas o renales.
Siendo esto así, hay que tener en cuenta que ciertos factores como la subida de temperaturas o el estar embarazada pueden hacer que una persona tienda a retener más líquidos.En el caso del embarazo, la nutricionista explica que “la retención de líquidos se produce por un aumento en el volumen de sangre, por cambios en la permeabilidad vascular debido a factores hormonales y por la dificultad circulatoria producida por el volumen de la tripa de la embarazada, que comprime los vasos sanguíneos que transportan la sangre de miembros inferiores al corazón”.
¿Cómo puedo saber si retengo líquidos?
Los síntomas más frecuentes que suelen presentar las personas que sufren de retenciones de líquidos son:
- Inflamación, hinchazón o pesadez a nivel local como en pies, tobillos, piernas, párpados, manos, brazos, cara y abdomen, que también se puede reflejar como una inflamación a nivel general. En estos casos la piel aparece estirada o brillante, tensa, y si se presiona con el dedo sobre la zona, queda una huella que va desapareciendo poco a poco con el tiempo.
- Sensación de que zapatos, ropa, anillos o relojes aprietan o están más ajustados de la cuenta.
- Menor flexibilidad en las articulaciones de brazos, piernas, tobillos, muñecas y dedos.
- Disminución de la micción (orina).
- Aumento repentino, rápido o inexplicable del peso.
Para poder tratar una retención correctamente, lo primero que hay que saber es si la retención es patológica o no, porque el tratamiento de la retención varía en función de esto. “La retención de líquidos producida por una patología (retención patológica) puede tener origen en problemas circulatorios, de insuficiencia cardíaca y enfermedades renales o hepáticas.Mientas que, si no es patológica, la causa puede ser una simple dilatación de las venas. Sobre todo, en épocas de altas temperaturas”.
¿Qué podemos hacer a nivel nutricional para disminuir la retención de líquidos?
“Es muy importante beber agua de manera habitual, con un consumo de 1,5-2L al día. Si nos cuesta ingerir agua, siempre podemos tomar infusiones, aguas infusionadas con frutas o caldos no salados en su lugar” afirma.
“Hay que seguir una alimentación equilibrada y variada, repleta de productos frescos y cocinados en casa”. Es aconsejable ingerir alimentos con alto contenido en potasio que favorecen la eliminación de líquidos como el calabacín, la calabaza, patata, champiñones, legumbres, plátano, melón, aguacate, ciruelas pasas, frutos secos naturales y algunos pescados como el salmón, bacalao y atún. La nutricionista también recomienda moderar el consumo de sal y sodio, “evitar sal de mesa y cualquier alimento que pueda contener sal en su composición”.
En el caso de mujeres embarazadas, la especialista aconseja controlar el aumento de peso, seguir un estilo de vida activo y favorecer la circulaciónevitando pasar mucho tiempo de pie, sentada o con las piernas cruzadas, sobre todo, en lugares cerrados o calurosos. “Hay que procurar poner las piernas en alto cada vez que nos sentemos o tumbemos y dormir de costado sobre el lado izquierdo, preferiblemente, para evitar la compresión de la vena cava, así como evitar los sitios cálidos y la ropa ajustada” dice. Por otra parte, realizar baños de agua fría en piernas e incluso masajear los pies y piernas de abajo hacia arriba con crema hidratante o realizar drenajes linfáticos puede ser de ayuda.
La nutricionista advierte que los remedios naturales pueden ser perjudiciales. “Hay que consultar al médico siempre. Hierbas como la cola caballo y salvia están contraindicados, por ejemplo”. Y es que, siempre se recomienda acudir al médico ante cualquier signo de retención de líquidos, sobre todo, cuando, a pesar de cumplir estos consejos, la inflamación de piernas aumenta e incluso afecta a cara, cuello y manos o se presentan síntomas como dolores de cabeza, visión borrosa, pitidos en los oídos, nauseas o dolor abdominal. Sin embargo, Sánchez subraya que “el diagnóstico en mujeres embarazadas es especialmente importante para descartar preclampsia o hipertensión arterial que puede afectar gravemente al feto”.