Ahora mi corazón lo aguanta todo
Hasta hace cinco años, José Antonio Fernández era un hombre a un puro pegado. «Siempre tenía un habano en la boca». Y una maleta preparada para salir de viaje en cualquier momento. «Llevaba un ritmo de trabajo alto, viajaba más que ahora. Llegaba a pisar tres países en un día: desayunaba en París, comía en Londres y cenaba en Alemania», cuenta el gerente de Hierros Servando. Sí, esa empresa que fundó su padre hace 70 años y cuyo nombre han lucido durante 9 años en sus camisetas los jugadores del Eibar, el equipo del que es consejero, al que auguró un ascenso a Primera cuando se batía en campos de Segunda y que tiene esperanzas de ver jugar en Europa, «si no es este año, quizás el siguiente».