Los expertos en dermatología y Jorge Soto, dermatólogo de Policlínica Gipuzkoa, coinciden en que las personas que practican deporte al aire libre, como los corredores, ciclistas o surfistas entre muchos otros, son uno de los grupos con mayor riesgo de sufrir quemaduras, debido a su exposición constante al sol durante sus entrenamientos.
“La piel del deportista sufre más agresiones que la del resto de la población, tiene más horas de exposición a las radiaciones solares, teniendo más posibilidad de sufrir alteraciones a nivel dérmico y epidérmico, estando sometida a una mayor deshidratación y a agresiones externas, como ampollas, rozaduras, etc.” expone el dermatólogo.
Jorge Soto reconoce que entre los deportistas “se comete mucho el error de aplicar protector solar solo cuando llega el verano, pero el sol está presente los 365 días del año. Son muchas las ocasiones en la que los deportistas se aplican protección en las piernas, brazos y la cara, pero dejan completamente expuestos zonas mucho más sensibles y fáciles de quemar, como las orejas, el cuello o la nuca. Es necesario aplicar la protección solar en grandes cantidades, repetidamente y eligiendo una crema cuya textura no dañe ni irrite los ojos. Además, la elección de la vestimenta es un factor muy importante a considerar por el deportista – reconoce el dermatólogo. La cabeza, por ejemplo, es una zona muy sensible y es necesario taparla adecuadamente. Hoy en día, disponemos de un amplio abanico de tejidos antisolares que nos ayudan a prevenir las quemaduras”.
“En la medida de los posible – comenta el dermatólogo – recomendamos a los deportistas elegir una hora de exposición solar menor para entrenar al aire libre. Con esta recomendación no solo queremos evitar quemaduras solares, sino otro tipo de problemas, como por ejemplo, una posible deshidratación por llevar a cabo un entrenamiento a horas inadecuadas”.