“El glaucoma es una afección que no presenta síntomas y conduce a una ceguera silenciosa y traidora”
Con motivo del Día Mundial del Glaucoma, el Dr. Enrique Aramendia, oftalmólogo de Policlínica Gipuzkoa, nos ha hablado de cómo afecta el glaucoma y de la importancia de la detección precoz para evitar una ceguera irreversible.
El glaucoma es la afectación del nervio óptico y de otras estructuras oculares debido a una presión intraocular alta. Dicho de otra forma, el globo ocular tiene una presión y si esta sube por encima de un límite, se daña el nervio óptico y estructuras como células ganglionares. Esto causa una perdoida de campo visual, que el paciente no percibe, no presenta síntomas y conduce a una ceguera silenciosa y traidora, comenta el Dr. Aramendia.
Una vez que se altera el nervio óptico por un exceso de presión intraocular, la persona pierde la vista y se queda ciega, y lo que se pierde no se puede recuperar, reitera el oftalmólogo.Por ese motivo, lo primordial reside en la detección precoz de la enfermedad para poder tratar adecuadamente los ojos y mantener lo que queda de vista lo máximo posible. El Dr. Aramendia explica que, aunque haya que poner gotas o sea necesario operar, se puede mantener una vida normal e incluso de gran calidad.
La detección precoz del glaucoma puede realizarse a través de revisiones rutinarias con el oftalmólogo que deben realizarse a partir de los 50 años; también se hacen en las empresas revisiones laborales de agudeza visual y de presión intraocular. A partir de los 45 años se recomienda acudir cada cierto tiempo al oftalmólogo (aunque no se lleve gafa y no se sienta nada) para poder llevar a cabo estas revisiones, pero es sobre todo a los 50 años cuando suelen detectarse los casos de glaucoma.
Aquellas personas con antecedentes familiares directos son especialmente vulnerables a sufrir esta patología, por que la revisión oftalmológica cobra especial importancia para este grupo de personas.
Los tratamientos para el glaucoma suelen dividirse en tres clases: Gotas, láser o cirugía. No obstante, si se ha perdido la oportunidad de una detección precoz, y se produce un daño grave, ese daño ya no es recuperable, llegando a limitar una vida normal y la autonomía de las personas llegando a la ceguera.