La adicción al sol se empieza a extender
Los expertos estudian si la necesidad de exponerse a diario a los rayos puede sustituir, como fuente de placer, al ‘enganche’ a otras sustancias más peligrosas
Puede chocar, pero no es tan raro si se tiene en cuenta que, cuando nos ponemos al sol, la piel libera endorfinas que producen una acción muy placentera sobre el sistema nervioso central. Los rayos de sol sobre el cuerpo pueden hacernos sentir más felices. Recientes estudios dermatológicos apuntan que se han empezado a detectar adictos al sol, personas que necesitan exponerse cada día o utilizar en su defecto máquinas de rayos cuando llegan nubes y lluvia. Es la tanorexia.
«Hay personas que afirman que son capaces de distinguir entre unas instalaciones de este tipo y otras porque no le generan la misma sensación». Son palabras del dermatólogo Jorge Soto de Delás, médico de Policlínica de Gipuzkoa y director de la sección operativa de la Fundación Piel Sana, de la que es vicepresidente.
El abuso del sol es una de las cuestiones a las que se enfrenta en muchas ocasiones porque lo que está claro es que la exposición al astro rey actúa sobre los receptores del placer del cerebro, pero también puede causar problemas que son susceptibles de convertirse en tumores cancerígenos, además de acelerar el envejecimiento.
«En este caso como en tantos otros es importante aplicar la máxima de ‘conócete a ti mismo’, porque no es lo mismo una persona con una tez morena que otra que es blanca y con pecas. Un ciudadano urbano que se pone al sol de forma intensiva dos semanas al año sufre más daños que otro que trabaja al aire libre».
Más ejemplos: la gente del campo no suele echarse crema protectora, «que cumple su función y es importante», pero sí acostumbra a ponerse un sombrero que le protege la cara. «En Australia, donde el sol es muy fuerte y hay personas con la piel muy blanca, se ha empezado a poner a los niños unos trajes de baño que les cubren gran parte del cuerpo, incluso el cuello, con unos sombreros similares a los que usaban las legiones en el desierto. En determinadas zonas, por ejemplo, ves a un beduino tapado y adaptado a su medio y a un alemán tomando el sol con bañador».
El caso es que, pese a todos los riesgos que entraña una exposición al sol que no tenga en cuenta las características de cada persona, esta adicción aparece como menos peligrosa que otras, vinculadas a los estupefacientes. Esto abre una serie de posibilidades de las que los expertos han empezado a hablar y que desvela Soto de Delás.
«Para empezar, a una persona que se ve a sí misma como una adicta al sol será necesario tratarle como tal. Pero, además, lo que se investiga es si podemos confundir a un organismo, a un cerebro que siente placer con otras sustancias como las drogas para que pueda sustituir esa sensación tan placentera por la que le aporta el sol. Hasta ahora es solo una hipótesis».
Mensaje optimista
De momento, «y sin prohibir», el dermatólogo recomienda ser cuidadoso. Sobre todo si se tienen factores de riesgo como antecedentes tumorales, lunares abundantes o la piel muy blanca. O incluso si se ha sufrido quemaduras en la infancia.
«El mensaje es optimista. Tienes tiempo para evitar tener más arrugas, más manchas y encima contarán con menos riesgo de tener tumores. Cuida tu piel con una hidratante, utiliza jabones neutros, dúchate solo con agua algunas veces y utiliza protector solar. Nuestro cuerpo fabrica un cosmético natural al que le basta con que la compensen con un buen champú e hidratación». Es amigo de romper esos pequeños mitos que rodean la salud de la piel.
Es amigo de desarmar mitos. «Cuando viene alguien que no tiene ni 30 años y pide algo contra el envejecimiento se lo digo claro: duerme, sé feliz, toma el sol con precaución e hidrátate. Puedes elegir como quieres que esté tu piel».
Y algo especial para adolescentes: el chocolate no genera acné, pero sí influyen de forma negativa pasteles o bollería. «En las chicas jóvenes el sobrepeso y las reglas irregulares también son perjudiciales, porque la grasa actúa como fabricante hormonal. Los nervios fomenta que aparezcan los granos. Otra cosa… El acné no es solo cosa de adolescentes, se está detectando en mujeres entre los 40 y los 50 años. Algunas vienen a la consulta con sus hijos». para que trate a los dos».