«Los resultados de la reproducción asistida dependen mucho de la edad de la mujer»
La Dra. Miren Mandiola, directora del laboratorio de Reproducción Asistida del Hospital Quirónsalud Donostia, explica en qué consiste este proceso y sus ventajas.
Quedarse embarazada es una tarea más complicada de la que muchos imaginan en un principio. Es necesario que ciertos elementos se alineen a la perfección en su debido momento. Así, muchas parejas pasan años intentando tener un bebé y nunca lo consiguen. La doctora Miren Mandiola es la directora del laboratorio de Reproducción Asistida del Hospital Quirónsalud Donostia y una experta en la materia.
En ese sentido, la experta explica que «la reproducción asistida es un área dentro de la medicina que ayuda a esas parejas que tienen problemas para lograr un embarazo de forma natural». «Parejas o personas solas», aclara, porque «cualquier mujer en un buen estado psico-físico puede someterse a un tratamiento de reproducción asistida» y bien podría ser «una mujer sola, una pareja de mujeres o una pareja heterosexual», añade.
No obstante, hay un aspecto muy a tener en cuenta y está muy relacionado con la edad de las mujeres. Para que un proceso de reproducción asistida tenga un mayor porcentaje de éxito, «lo ideal sería llevarlo a cabo cuanto antes mejor, porque los resultados dependen mucho de la edad de la mujer», avisa. «Cuando la mujer es más joven, la calidad de sus óvulos es mejor», lo que significa que, «sea vía natural o por tratamientos de reproducción asistida, hay más posibilidad de embarazo». Sin embargo, «la realidad con la que nos encontramos es que la media de edad de las mujeres que vienen a consulta está por encima de los 38-39 años», lamenta.
Esa circunstancia «puede bajar la ratio de éxito de los tratamientos», explica Miren Mandiola. Y es que «cuanto mayor sea la edad de la mujer, sus ovocitos van perdiendo calidad y genera más embriones que son cromosómicamente incorrectos. La propia naturaleza hace que esos embriones no se enganchen y que la mujer no se quede embarazada», revela.
Gran tasa de éxito a pesar de las circunstancias
«La tasa de éxito va siempre de la mano de la edad de la mujer», cuenta Miren Mandiola. «Si una mujer joven se hace un tratamiento porque tiene un problema en las trompas, pues igual tiene un 50 % o 60 % de embarazarse en cada intento. Sin embargo, a medida que una mujer va cumpliendo años, esa tasa va bajando y con 40 o más años esa tasa va cayendo hasta el 20 o 15 por ciento», relata.
Eso sí, las innovaciones médicas también han llegado a las técnicas de congelar óvulos. «Un avance muy importante fue el de la vitrificación de óvulos, que permitió empezar a conservar óvulos», dice la médica. «Porque desde hace muchos años sí que se podía conservar semen, que es muy fácil de congelarlo, mantenerlo y descongelarlo. No obstante, con los óvulos había un problema, pero desde hace 15-20 años existe una técnica maravillosa» y esa novedad «nos permite avanzar muchísimo. Nos permite guardarlos cuando son jóvenes y utilizarlos más adelante», asegura. En ese sentido, «se guardan las cualidades, características y posibilidades del momento en el que se guardan» los óvulos, con todas las ventajas que aporta la juventud en las mujeres.
Por otro lado, «el avance de la genética» también es un punto importante. «La genética, unida a los avances en reproducción, nos ha permitido hacer estudios genéticos en embriones, eliminar de familias enfermedades gravísimas que iban afectando a todos los descendientes y también nos permite en esas mujeres de una edad más avanzada seleccionar esos embriones cromosómicamente normales para poder ser transferidos», desgrana Miren Mandiola. A su modo de ver, estas técnicas son «una maravilla y el avance es muy rápido».
Y es que en un pasado no tan lejano «no había una técnica que nos permitiera congelar y descongelar los óvulos sin lesionar la propia estructura de los óvulos. Porque el óvulo tiene mucho contenido de agua y se formaban cristales dentro del fitoplasma. El óvulo se destruía y perdía sus cualidades, no sobrevivía a la descongelación. Sin embargo, esta nueva técnica no genera cristales de hielo dentro del óvulo, mantiene las estructuras y se conserva perfectamente», detalla. En relación a ese hecho, una vez tomada la decisión, «lo ideal es vitrificar varios óvulos, cuantos más mejor, porque no se utilizan de uno en uno, sino en grupo», una vez que se recuperan.
Procedimiento sencillo
Las mujeres que decidan iniciar este proceso, se encontrarán que «el itinerario es bastante sencillo y un inicio bastante estándar». Y es que «los pacientes, cuando acuden a una primera visita, se estudia su caso, se les hace una historia clínica, se les solicita las pruebas necesarias y luego vuelven a una segunda consulta en la que ya vemos los resultados». En ese momento, «el ginecólogo o la ginecóloga les hace la exploración física para verificar el estado de esa pareja» para poder decidir «cuál es el tratamiento de reproducción asistida que se les recomienda teniendo en cuenta todo», explica.
«El procedimiento suele durar normalmente dos semanas», añade. «Son procedimientos sencillos y te permiten hacer vida normal» mientras se llevan a cabo. Así, «la extracción de los óvulos y la posterior inserción son muy cómodas. La paciente apenas notará nada y la recuperación también es rápida», cuenta Miren Mandiola.
Para terminar, la doctora Miren Mandiola lanza un importante mensaje a las mujeres jóvenes en relación con ser donantes de óvulos, porque como ella indica: “esa aportación puede ayudar a esas mujeres de edades avanzadas que necesitan óvulos de chicas jóvenes para quedarse embarazadas».