Recuperación con factores de crecimiento

El 70% de los pacientes tratados en este centro médico con factores de crecimiento que padecen atrosis se han beneficiado de una clara mejoría

 

Las intervenciones quirúrgicas para tratar roturas o cualquier otro tipo de traumatismo conllevan con frecuencia un largo y engorroso postoperatorio. No obstante, la ciencia avanza a pasos agigantados, ofreciendo posibilidades inimaginables para muchos hace unos pocos años. Un ejemplo de ello son los tratamientos con factores de crecimiento de los que tanto se habla últimamente.

Este avance médico consiste en la inyección de proteínas en la zona a tratar que se extraen de la sangre del propio paciente. Estas proteínas estimulan las diferentes células con el objetivo de regenerar o reparar el área lesionada. En los casos en los que se regenera, se vuelve a producir el mismo tejido que había antes de la lesión; mientras que con la reparación, se consigue corregir el problema quedando una cicatriz.

El doctor Javier Albillos, traumatólogo de Policlínica Gipuzkoa, afirma que, «en cualquiera de los casos, no se trata de un tratamiento que destierre los métodos hasta ahora utilizados, sino que los factores de crecimiento ofrecen un estímulo para acelerar la recuperación de la lesión o enfermedad de la persona que la padece; eso sí, siempre como complemento a los protocolos establecidos».

Resultados

«Los resultados no dejan lugar a dudas», sentencia este traumatólogo. «Por ejemplo, las lesiones o desgarros musculares de deportistas se recuperan un 50% más rápido con la aplicación de factores de crecimiento como suplemento al tratamiento convencional». No obstante, este especialista insiste en que «los factores de crecimiento no son una varita mágica. Lo cierto es que el 70% de los pacientes tratados con factores de crecimiento que padecen artrosis –la afección traumatológica más frecuente abordada con este tratamiento- se han beneficiado de una clara mejoría, mientras que el 30% restante no ha apreciado ningún resultado positivo. Eso sí, tampoco negativo, lo que evidencia que es una opción que en la gran mayoría de los casos abre muchas puertas y que en ningún caso estudiado las cierra u obstaculiza la aplicación de cualquier otro tratam i e n t o alternativo», señala el especialista.

La principal ventaja alcanzada en los últimos años en el desarrollo de los tratamientos con factores de crecimiento es que es necesaria mucha menor cantidad de sangre para la implantación de este tratamiento.

Mientras que antiguamente era necesario extraer medio litro de sangre al paciente para poder trabajar con las proteínas, actualmente basta con 35- 40 centímetros cúbicos. «Para hacerse una idea, es como una analítica de sangre», explica Albillos.

La importancia de este avance reside en la posibilidad de tratar simultáneamente varias fracturas en el mismo paciente. «Sería impensable extraer medio litro de sangre por cada rotura a un paciente que, por ejemplo, en un accidente se ha fracturado el hombro, la rodilla y la clavícula, además de la anemia que pueda arrastrar». No obstante, los tratamientos con factores de crecimiento no siempre requieren de una intervención quirúrgica. En traumatología se aplica fundamentalemente en desgastes, artrosis de cadera y rodilla. Se implantan con una inyección de forma ambulante, por lo que no es necesario que el paciente ingrese en el hospital. «Hasta ahora los traumatólogos hemos tenido fama de carpinteros y fontaneros, si bien esta idea está evolucionando hacia otro pensamiento », apunta el doctor. «La traumatología no se identificará sólo por los clavos y los tornillos, sino que entra en juego otro concepto, el biológico, que cobrará progresivamente más relevancia». Otro de los horizontes en los que se están desarrollando ampliamente los tratamientos con factores de crecimiento es la reconstrucción mamaria en cirugía reparadora, desarrollado para aquellas personas que padecen cáncer de mama, así como para las arrugas, dentro de la medicina estética.